Comprar los armarios del baño no es algo que deba hacerse de manera impulsiva. Antes de tomar esta decisión, es importante sopesar cuál de todas las opciones que se nos ofrecen es más conveniente. Sin duda, es una tarea un poco más complicada de lo que parece: son muchos los modelos que tenemos para elegir, desde formas ovaladas y cóncavas hasta figuras rectas, desde los colores más atrevidos a los más convencionales.
Por otro lado, también es importante considerar cuáles son realmente las necesidades que tenemos al ejecutar esta compra. Es decir, ¿el espacio del baño es grande o pequeño? ¿Nos inclinamos más hacia la comodidad o hacia lo lujoso? ¿Qué tipo de material no es más conveniente para mantener la limpieza del baño? Estas son apenas algunas de las interrogantes que pueden surgir al momento de decidirnos por un armario para el baño.
Una elección apresurada puede significar una gran pérdida de dinero, además de una gran desilusión. Hacer énfasis en este aspecto no es baladí: en ocasiones, nos podemos sentir perdidamente atraídos por un modelo de armario expuesto que no se adapta a las dimensiones de nuestro baño, o por un color que desentona por completo con los azulejos.
En este sentido, es probable que en un punto nos sintamos algo perdidos en el momento de elegir cuál es el mueble más indicado. Sin embargo, esto no es un motivo de preocupación: si nos dirigimos al lugar indicado, podremos contar con la ayuda de un vendedor que nos guiará en aspectos básicos como la profundidad, la anchura, el tipo de mobiliario (suspendido o con patas), la distribución (con puertas o cajoneras) y los acabados (color, madera, brillo o mate).
Luego de haber tomado todo esto en cuenta, viene la parte más emocionante: elegir un mueble que le imprima a nuestros baños un toque de nuestra personalidad; convertir ese espacio en el que invertimos gran parte de nuestra vida hogareña en un lugar cómodo y atractivo. Hablamos, entonces, de una adquisición muy importante que también significa un paso hacia adelante, hacia la casa que siempre hemos soñado.
