Puede que se nos haya presentado la disyuntiva de mantener a nuestros padres junto a nosotros en casa haciendo parte activa de la familia y ayudando al cuidado de los nietos, versus la de llevarlos en un centro para personas de tercera edad. Tenemos la impresión de que lo segundo puede ser entendido como una forma de abandono, pero lo cierto es que se trata de todo lo contrario.
En primer lugar, debemos tener claro que con el tiempo la ancianidad de nuestros padres suele deteriorar en mayor o menor medida, según sea el caso, su salud y sus facultades en general. Lo más crucial de todo esto es llevarlo como un proceso normal y revestirlo de mucha paciencia; tal y como si volviesen a ser niños.
Según sea el caso habrá más o menos necesidad de tomar la decisión de llevarles a un centro de cuidado. Si se da el caso de que se han perdido algunas facultades mentales de importancia, que de hecho hacen que tenerlos en casa o mantenerlos seguros al salir a la calle se haga imposible, es evidente que la atención las 24 horas es imperiosa.
Por otra parte, las afecciones de salud que impidan su movilidad o que les limiten para desenvolverse con normalidad en diferentes espacios también puede ser un factor determinante en la decisión. Normalmente, los centros de cuidado disponen de enfermeras y medios de traslados a hospitales para llevarles con celeridad en caso de alguna emergencia.
Lo que ofrecen las residencias de ancianos
En primer lugar, la posibilidad de ser observados durante todo el día, que junto a la atención médica y sanitaria propia del personal especializado que allí labora es una ventaja relevante para las personas de la tercera edad. A pesar de que en casa haya la forma de ofrecerles cuidados, jamás se compararán a los que pueden recibir en estos centros, donde estarán muchos más seguros y sanos.
Por otra parte, las instalaciones están adaptadas a la facilidad de la movilidad de aquellos que estén en sillas de ruedas o usan andadores. Para los que requieran tratamientos de fisioterapia, algunos centros cuentan con piscinas y otros espacios donde ejercitarse sin altos impactos en las articulaciones es posible y seguro.
Para la estancia diurna, se ofrecen áreas donde todos pueden reunirse. Esta es otra ventaja significativa de estos lugares, pues se ofrece la oportunidad de hacer nuevos amigos y compartir historias de vida.
